Empezar por el principio: qué es la neuroeducación

Definiendo la neuroeducación
Como explica Francisco Mora, catedrático de Fisiología Humana en la Universidad Complutense de Madrid, doctor en Neurociencias por la Universidad de Oxford y catedrático adscrito de Fisiología y Biofísica de la Universidad de Iowa, la neuroeducación es "una nueva visión de la enseñanza basada en el cerebro (...), es tomar ventaja de los conocimientos sobre cómo funciona el cerebro integrados con la psicología, la sociología y la medicina en un intento de mejorar y potenciar tanto los procesos de aprendizaje y memoria de los estudiantes como enseñar mejor en los profesores" (Mora, 2015, p. 25). Así, explica Mora que “lo que hace la neuroeducación es trasladar la información de cómo funciona el cerebro a la mejora de los procesos de aprendizaje. Por ejemplo, conocer qué estímulos despiertan la atención, que después da paso a la emoción, ya que sin estos dos factores no se produce el aprendizaje” (Torres, 2017).
Por su parte, Tokuhama-Espinosa, investigadora afiliada a la Facultad Latinoamericana de Investigación en Ciencias Sociales en Quito y una de las mayores autoridades en neuroeducación a nivel mundial, la define de la siguiente manera: “la neuroeducación es considerada como el arte de enseñar científicamente fundamentado, o la confirmación de las mejores prácticas pedagógicas con los estudios realizados sobre el cerebro humano" (Tokuhama-Espinosa, 2011, p. XX).


Core Knowledge (Tokuhama-Espinosa, 2011, p. XX)

Se trata, por tanto, de un compendio de disciplinas que no se superponen sino que se entremezclan para crear una rama del conocimiento nueva y distinta, con la educación, y en concreto los procesos de enseñanza-aprendizaje, y la neurociencia como protagonistas principales.
Como señala Pallarés, pueden distinguirse cuatro niveles de relación en este binomio que se establece entre neurociencia y educación: “el nivel descriptivo se refiere a la utilización de la tecnología neurocientífica aplicada al proceso de enseñanza aprendizaje con el objetivo de saber cómo aprende el cerebro (...); el nivel prescriptivo haría referencia a cómo la pedagogía incorpora el estudio de los avances y descubrimientos del cerebro para diseñar metodologías educativas que vayan acordes con él (...); el nivel terapéutico haría referencia tanto al tratamiento de enfermedades y trastornos del aprendizaje en el ámbito clínico, como a la preocupante aplicación psicofarmacológica directa en centros escolares (...); el nivel de revisión haría referencia a la revisión neurocientífica de algunos de los presupuestos en los que se ha basado la enseñanza tradicional con respecto al funcionamiento del cerebro y su relación con el aprendizaje” (Pallarés, 2016, pp. 943-944).

En el siguiente enlace se puede escuchar una exposición interesante y clarificadora del autor Francisco Mora sobre neuroeducación:



Beneficios y limitaciones
La neuroeducación está proporcionando una manera nueva de entender la escuela, el proceso de enseñanza-aprendizaje y la educación en general. Numerosas investigaciones han demostrado la importancia que factores que hasta ahora se consideraban menores o incluso impedimentos en el proceso de aprendizaje son fundamentales para la mejora del mismo. Así, elementos como la actividad física, la creatividad y la gamificación se ha demostrado aumentan la capacidad de atención, la organización mental y, en definitiva, el rendimiento de nuestro cerebro.
Además, los conceptos de plasticidad del cerebro y de eficiencia neuronal han sacado a la luz el hecho de que el proceso de aprendizaje no tiene edad, ya que este se mantiene durante la mayor parte de nuestra vida (comenzaría un ligero declive hacia los 70 años de edad), lo cual ha contribuído a la democratización de la educación.
Sin embargo, la limitación principal parte precisamente de lo novedoso de la disciplina, pues se podría decir que esta aflora a finales de los años 90 del siglo XX, por lo que las investigaciones y estudios en este campo han dado apenas los primeros pasos dentro de un área de conocimiento que promete ser muy extensa y profunda.
Por otra parte, científicos y educadores viajan por caminos paralelos, ignorándose mutuamente. Así, la mayoría de los estudios sobre neuroeducación no tienen en cuenta la importancia del profesor en la aplicación práctica de los mismos en el aula, con lo cual la parte teórica queda coja al faltarle una aplicación efectiva.
Pero también la otra parte tiene que implicarse; así, el prestigioso neurocientífico Stanislas Dehaene plantea la necesidad de que el docente adquiera ciertos conocimientos acerca del funcionamiento de nuestro cerebro, afirmando que “los docentes son los primeros conocedores de la dinámica del aula, pero también deben volverse expertos en la dinámica cerebral. Nadie debería conocer mejor que ellos las leyes del pensamiento en pleno desarrollo, los principios de la atención y de la memoria” (Dehaene, 2015, pp. 15-16).
Sin embargo, el peligro podría estar justamente en lo contrario, en aplicar rápidamente y sin las certezas suficientes los nuevos descubrimientos, ya que como afirma Francisco Mora “no es todavía una disciplina académica con un cuerpo reglado de conocimientos. Necesitamos tiempo para seguir investigando porque lo que conocemos hoy en profundidad sobre el cerebro no es aplicable enteramente al día a día en el aula. Muchos científicos dicen que es muy pronto para llevar la neurociencia a las escuelas, primero porque los profesores no entienden de lo que les estás hablando y segundo porque no existe la suficiente literatura científica como para afirmar a qué edades es mejor aprender qué contenidos y cómo” (Torres, 2017), por lo que es necesario introducirla con reservas y paulatinamente.



Bibliografía
Dehaene, S. (2015). Aprender a leer: de las ciencias cognitivas al aula. Siglo XXI Editores.
Mora, F. (2015). Neuroeducación. Solo se puede aprender aquello que se ama. Alianza Editorial.
Pallarés Domínguez, D. (2016). Neuroeducación en diálogo: neuromitos en el proceso de enseñanza-aprendizaje y en la educación moral. Pensamiento, vol. 72, nº 273.
Tokuhama-Espinosa, T. (2011). Mind, Brain, and Education Science. A Comprehensive Guide to the New Brain-Based Teaching. W.W.  Norton & Company.
Torres Menárguez, A. (2017). Entrevista a Francisco Mora. Diario El País. https://elpais.com/economia/2017/02/17/actualidad/1487331225_284546.html (consultado el 02/11/2017)

Comentarios